Huertaranjuez 2022
Proyecto piloto para la puesta a punto de nuevas técnicas de producción, no utilizadas anteriormente en la zona geográfica del proyecto, para el fresón en Aranjuez.
Estas nuevas técnicas permitirán obtener productos de máxima calidad, incluirán medidas de adaptación al cambio climático con producción ecológica. Como parte del proyecto se identificarán medidas y acciones a desarrollar para la puesta en valor de esos nuevos productos en el mercado comercial de venta directa en la Comunidad de Madrid y basadas en la comercialización dentro del ciclo corto.
La comarca de Aranjuez, en la Comunidad de Madrid, ha sido tradicionalmente un importante centro de producción de fresón (fragaria × ananassa) desde el siglo XVII. A diferencia de otros territorios fuera de la Comunidad de Madrid, como por ejemplo Huelva, donde el fresón se cultiva en invernadero, en Aranjuez tanto fresa como fresón se producen al aire libre. La producción al aire libre garantiza las reconocidas características organolépticas de estos productos, pero esta varía cada año en cantidad y calidad en función de la climatología.
Si bien hay referencias históricas desde los Reyes Católicos de la huerta de Aranjuez, fue Carlos III el verdadero impulsor de nuestros cultivos, introduciendo profesionales de otras zonas de Europa y haciendo una verdadera revolución en la agronomía de nuestro país. Fue un gran impulsor público de la investigación agronómica.
Dada la cercanía a la capital del reino fue una gran zona de producción de frutas y hortalizas. Esto fue así hasta la mejora de redes de comunicación rodadas que facilitó la logística de los productos de zonas más alejadas y la puesta en marcha de nuevos regadíos, aproximadamente hasta 1970. A partir de ahí empezó el declive y la huerta fue sustituida por cereales. Huerta y frutales fue sustituido por maíz y trigo.
Esto trajo consigo también un declive del paisaje. Una vega en la que se olía las flores de los frutales en marzo y a fresa en mayo, con sus cambios cromáticos y llenos de cuadrillas trabajando, ahora ha quedado reducido a su mínima expresión. Sin embargo, tiene potencial productivo para ser una economía potente y generar empleo de nuevo. Para ello es importante crear el ambiente necesario para que tengamos emprendedores con cierta seguridad de negocio que inicien la actividad económica en la agricultura.
Otro factor importante es disponer de esta materia a través de una cadena de comercialización accesible para ellos de una manera rápida para facilitar que puedan tener los productos en el día. Esta forma de comercializar tiene que reunir las condiciones higiénico sanitarias adecuadas y disponer de una trazabilidad.
El sector de la restauración de Aranjuez ha pasado un relevo generacional que ha llevado a la localidad a ser un referente gastronómico dentro del panorama nacional. Es por ello por lo que decide apostar por lo que le puede distinguir de otros referentes, y esto su producto local, y como emblema el fresón.
Este proyecto intentará disminuir el riesgo empresarial en pequeñas explotaciones, así como crear sinergias con otros sectores como la hostelería, en un municipio eminentemente turístico como es Aranjuez.
Los restaurantes de Aranjuez han utilizado como es lógico de manera tradicional los productos de sus agricultores, pero llega un momento que dejan de hacer ciertas referencias como el espárrago blanco y en algún momento el fresón. Para estos establecimientos utilizar materia prima de calidad significa que prestigian sus empresas. Es fundamental que las características organolépticas y físicas sean lo más regular posible de cara a introducir en sus cartas, preparados durante el tiempo que dure la campaña.
Este GO ha detectado la oportunidad de recuperar un cultivo tradicional que utilizaría las tecnologías agrícolas más respetuosas con el medio ambiente y que permitirían llevar a cabo medidas de adaptación al cambio climático.